Diversas hermandades firman un convenio para consolidar una ruta turística y religiosa hasta la localidad de Caravaca de la Cruz.
La devoción por la veneración al ‘lignum crucis’ que se vive en cuatro municipios fue ayer el punto de unión para la firma de un hermanamiento entre Granja de rocamora y tres localidades murcianas, Ulea, Abanilla y Caravaca de la Cruz.
Los cuatro municipios rubricaron un convenio de colaboración entre los ayuntamientos y las hermandades que veneran las astillas de la cruz donde Jesucristo murió, con el fin de apuntalar el interés cultural y religioso en torno a esta reliquia.
A la localidad granjeña acudieron diversas autoridades de la comarca y los primeros ediles de los municipios citados, además del obispo de la diócesis, Rafael Palmero, que ofició la misa en la iglesia de San Pedro. Posteriormente el prelado, bajo palio y acompañado de las autoridades, cerró la procesión que recorrió las calles de la localidad hasta la ermita desde donde parte el itinerario hasta la localidad caravaqueña, y que enlaza Granja de Rocamora, Abanilla, Ulea y Caravaca de la Cruz.
Allí la comitiva asistió a los discuros del alcalde de Granja, José Rocamora y del obispo, y a la exhibición de enarbolado de banderas y el disparo de los trabuqueros.
Asimismo cabe recordar que desde hace unos meses peregrinos de los cuatro municipios realizan los caminos del ‘lignum crucis’. La devoción a ésta ha sido el motivo principal que los ha llevado a crear este hermanamiento entre municipios y trazar medidas de colaboración para conseguir el reconocimiento institucional del itinerario, que acerca miles de fieles hasta el santuario de la localidad murciana.
Hasta hace poco, estos municipios tenían en común su reliquia y el fervor a ella y mediante el hermanamiento quieren unir fuerzas para gestionar fines comunes. Tras una serie de reuniones entre ayuntamientos y hermandades ayer se hizo realidad ese futuro conjunto.